Soy un hombre inquieto, o más bien un hombre de apariencia tranquila con la mente inquieta. Y echo cuenta de la gente que me habla, aunque ellos crean que mientras hablan escribo. Y echo cuenta de la gente que me escribe, aunque ellos crean que mientras esperan, yo hablo.
Me gusta el cachondeo y me gusta escuchar a gente como José María Gay, me gusta estar en medio de la lucha entre Sevillistas y Béticos y ver el post-partido como un arbitro de tenis. Suelo preguntar qué le pasa al que llora y suelo recibir la respuesta "nada", pero no puedo remediar estar ahí.
Me viene bien que me recuerden tiempos agridulces y no hace falta que me exijan actitudes. Me sobran los contrarrelojistas y me apasiona subir cuestas. Me hace bien prestar dinero y me hace mucho mal no tener tiempo para la música.
A ver si un día de estos, puedo de verdad predicar con el ejemplo y demostrar que "cá uno es cá uno, y allá cá uno con sus cá unás". Sería el tío más feliz del mundo, si es que no lo soy ya.
Ustedes perdonen el abandono. Larga vida al Rock.
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