Airbourne - Live It Up


[...]
- ¿Entonces qué, payaso? ¿Por qué sonríes tanto?
- Eres un tipo estupendo Rob -- dije.
Me miró extrañado.
- ¿Qué?
- Que eres un tipo estupendo. Me gusta mucho tu disfraz, sobre todo el agujero de bala en la frente.
Tenía esperanzas de que se marchase cuanto antes. Decir cosas agradables a la gente con quien me enfadaba mucho era una de las normas para evitar que las cosas fueran de mal en peor, pero no sabía cuanto tiempo podía seguir en ese plan.
- ¿Te estás burlando de mí? -- preguntó mirándome con rabia.
- No -- Dije.
Intenté improvisar, pero me había pillado a contrapié. No sabía qué decir.
- Creo que sonríes tanto porque eres retrasado mental -- dijo y dio un paso hacia adelante --. ¡Zoy un payazo feliz!
Me estaba cabreando de verdad.
- Eres... -- necesitaba un cumplido --. He oído que el examen de mates de ayer te fue muy bien. Me alegro por tí.
Fue lo único que se me ocurrió. Debería haberme marchado, pero... quería hablar con Brooke.
- Escucha, bicho raro -- dijo Rob --, esta fiesta es para gente normal; la de los friquis es por ahí, en el baño, con los góticos. ¿Por qué no te largas?
Se estaba haciendo el duro, pero seguía siendo una farsa: la típica pose de machito de quince años. Estaba tan mosqueado que lo hubiese matado allí mismo, pero me obligué a tranquilizarme. Yo valía más que eso y más que él. ¿Quería dar miedo? Pues yo le iba a dar miedo.
- Sonrío porque estoy pensando en qué aspecto tienen tus entrañas.
- ¿Qué? -- preguntó Rob y se rió --. Oh, vaya, el hombretón intenta amenazarme. ¿Crees que me das miedo, criajo?
- Me han diagnosticado una sociopatía -- dije --. ¿Sabes qué significa eso?
- Significa que eres un bicho raro.
- Significa que me importas lo mismo que una caja de cartón -- dije --. No eres más que una cosa, basura que todavía no han metido en el cubo. ¿Es eso lo que quieres que diga?
- Cállate -- dijo Rob --. Seguía haciéndose el duro pero estaba claro que la bravuconería empezaba a fallarle: no sabía qué decir.
- Lo que tienen las cajas es que las puedes abrir. Y aunque por fuera pueden parecer completamente aburridas, dentro podría haber algo interesante. Así que mientras tú me aburres con tus estupideces, yo imagino que te rajo y miro a ver qué tienes ahí dentro.
Hice una pausa, le miré fijamente, él me miró a mí. Tenía miedo. Lo dejé en suspense un momento más y seguí hablando.
- La cuestión es, Rob, que no quiero rajarte. No quiero ser el tipo de persona que hace eso, así que me he puesto una norma: siempre que tengo ganas de abrir a alguien en canal, le digo algo agradable. Por eso te digo, Rob Anders del número 232 de la Calle Carnation, que eres un tipo genial.
La mandíbula de Rob colgaba como si estuviese a punto de decir algo, pero cerró la boca y retrocedió un paso. Se sentó en una silla sin dejar de mirarme y después se levantó y salió del gimnasio. Yo lo seguí con la mirada.
[...]

No Soy Un Serial Killer
(Trilogía John Wayne Cleaver 1)
Dan Wells


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