Seether - Same Damn Life


Creo que tengo el truco. He dado con la receta definitiva de la felicidad eterna.

Es simple, aunque no lo parezca, pero basta con levantarse a las 6.30h, meterse una horita y media de gimnasio y ponerse limpio y guapo (todo lo posible), repartir unos folletos para que la cosa siga creciendo, poner orden y que a 2 metros a la redonda no te amenace ni un solo papel, hacer las llamadas que te habías propuesto, las visitas que te habñias propuesto, atender los marrones previstos y los no previstos, recoger a la dueña de tu vida de la guardería y que te reciba eufórica, que te pongan por delante un revuelto de papas con su chorrito de vinagre pa morir por dios, aprovechar la siesta para hacer un poco de bricolaje y darle un respiro a la mujer con más mérito de la historia, volver al tajo y atender a más clientes con sus presupuestos, sus siniestros y sus agradecimientos, no vender un pimiento a corto plazo pero saber que el día está dando de sí y mañana arrojará buenos números, y acabar solo media hora después de tu hora para darte cuenta de una cosa:

Que el día ha cundido y que tienes por delante unos minutos para observar un minicuerpazo que, envuelto en una bata de guatiné y atornillado a una teta, dibuja ante tí la definición de la felicidad infinita.
La suya, y la tuya, que crees que poco a poco vas a conseguir tener unos euros de sobra para gastarte en tí, tienes planes de futuro con y sin cafeína y, por supuesto, sientes que cada día el otro sigue estando ahí.

Salud, Fuerza y Vigor.

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