Halestorm - Dear Daughter


 Lecciones te da la vida.
Te las dan tus mayores, te las da el tiempo, te las dan las botellas, los zapatos de otro y te las dan (o darán) tus hijos.

Hace días se me juntaba el cierre de trimestre, la casa sin barrer, unas averías estratégicas en medio de una ola de calor, deberes autoimpuestos, actividades extraempresariales aparentemente altruistas, solicitudes de favores, una sobredosis de información, la lluvia torrencial de ideas que acostumbro a sufrir y varios toros difíciles de domar, además de una astilla que educar y cuidar...

Esa tarde, Laurita no se conformaba con Mowgli ni con el Rey León, ni con su cesta de la compra de juguete, ni sándwich, ni galleta ni paseo en bici. Ella quería llorar y gritar y así lo demostró durante 2 horas en las que el menda, un gilipollas que se creía un buen padre y tipo duro que no se achantaba ante tal desafío, decidió remar para ahogarse en la orilla.

Tras 2 horas de agravio por parte de ella y aparente desinterés por mi parte, le grité. Y le grité tan fuerte que se calló de inmediato y me dijo:
"Perdon papi, quiero que me cojas".

La cojí y en menos de un minuto estaba dormida sobre mi hombro y abrazada a mi cuello. Y entonces me di cuenta que solo estaba cansada, que no tiene ni 2 años y que, no sólo no tiene la culpa de nada sino que, gracias a ella, todo lo demás tiene sentido.

Salud, Fuerza y Vigor.

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