A la gente no le da vergüenza hacer determinadas cosas que están aceptadas socialmente y que son una auténtica aberración. Atentados contra el sentido común y que la historia, la política o un grupo de subnormales puso de moda un día y aún hoy son costumbre o hábitos aceptados.
Peregrinaciones, adoraciones, vestimentas, el café o la leche, telecinco, la ignorancia en sí o ídolos que no valen un duro.
La vergüenza ajena me aflora últimamente de vez en cuando sobre todo en momentos de locura colectiva. Vergüenza propia me da cuando desayuno con cerveza, por eso nunca lo hago.
Pero lo haría a diario.
Os dejo, voy a disfrutar dos horas de vergüenza ajena escuchando la retransmisión de antena 3 del GP de Sochi.
Peregrinaciones, adoraciones, vestimentas, el café o la leche, telecinco, la ignorancia en sí o ídolos que no valen un duro.
La vergüenza ajena me aflora últimamente de vez en cuando sobre todo en momentos de locura colectiva. Vergüenza propia me da cuando desayuno con cerveza, por eso nunca lo hago.
Pero lo haría a diario.
Os dejo, voy a disfrutar dos horas de vergüenza ajena escuchando la retransmisión de antena 3 del GP de Sochi.
Salud, Fuerza y Vigor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lee. Escucha. Escupe.