Morimos, porque tenemos que morir.
Como todo en esta vida se nace, se crece, se reproduce uno (si le dejan) y se muere. Un amor, una ilusión, un proyecto, un cliente, la pasión por una canción o esa ilusión por un concierto.
Yo no quería que me quisieras porque te gusté a primera vista, yo aprendí a quererte por lo que eras y no por lo que parecías, al principio eras uno más, de ese montón que apesta a mediocridad, eclipsado por tu pelo graso, tu sana envidia a los que por ley de vida te superan con mejores melodías y clase que tú enturbias acusando de plagio o populismo. Eso no te lo perdono, pero soy un hombre coherente y por encima de todo amo la voz de un hombre cabreado aferrada a un micro, con cosas que decir aunque a veces no me gusten o no tenga tiempo de indagar y darte la enésima oportunidad que mereces y con tu rabia te ganas, pero hay días que no tengo fuerzas (llámalo tiempo) para seguir poniendo el mundo a tus pies.
Tendrás muchas faltas, y no seré yo quien te las quite. Igual que yo tenía muchas ganas de verte, y esta vida que no es vida va a impedir ese reencuentro. Nos debemos una amigo Flynn.
Salud, Fuerza y Vigor
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