Ya besamos el final de la semana y aquí ando preparando maletas para visitar ángeles recién nacidos y descansar aunque es más que probable que alguna tarea me haya sido reservada, cosa que haré encantado pensando en la saludable y deliciosa recompensa que me esperará sobre el mantel como agradecimiento a algo que hago con gusto y que además, me sirve para moldear esta figura, últimamente descuidada y descosida, por cuyos rotos se me caen las pertenencias...
Y para sobrellevar el viaje voy a quemar un disquito con un colectivo de bestias pardas aporreando instrumentos y sonando sorprendentemente bien, y entre ellos estos HellYeah que contra todo pronóstico siguen creciendo cuando no hace largo tiempo, nadie daba un duro por ellos.
Pues toma pan y moja.
Qué gusto da callar bocas de aquellos que un día presumieron de irreverentes...
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