No sé que coño decir... Con el cerebro exprimido una semana más hasta alcanzar los mínimos exigidos en la legislación vigente (sic), resulta que hoy era día de enchufar el cargador a la corriente y que fuera o fuese lo que Satán quisiera o quisiese...
Y éste ha querido que recuperase mi pasión por Jim Carrey vía Yes Man, haciéndome ver que llevo razón en que lo importante de toda esta puta historia es que pasen cosas, y sobre todo que si pasan sea yo el que las cuente. No dejo de pensar en las horas de vida que regalé altruista-mente (costumbre que seguiré manteniendo pase lo que pase), en los centímetros cúbicos de gas que tragué por no incomodar y que seguramente debí haber eructado en los morros de tanto desaprensivo y en tantas y tantas noches que, sin sueño, las "perdí" viendo una y otra vez los conciertos que aquellos hombres malos daban para mí. En riguroso directo y, a poder ser, en HD.
Gracias por ello señores. Por todo ello, incluyendo vuestras peluquillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lee. Escucha. Escupe.