¿Qué tal si en esos momentos en los que la presión y la autopresión están a punto de hacer saltar en pedazos tu cráneo y tienes miedo hasta de echar un vistazo a tu alrededor, porque temes haber empequeñecido tanto... te frenas un minuto y piensas que todo tiene arreglo, que ese cd de Rock estará preparado esperándote para ponerte las pilas un nuevo día y que, a lo mejor, la solución a todo esto sea sacar un gran dedo corazón limpio y erecto a todo aquel que pretenda hundirte (incluíd@ tu mism@)?
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