Mark Tremonti - You Waste Your Time


Al final todo esto se resume por detalles. Pequeñas cosas que a veces caben en un bolsillo y otras veces rebosan los poros de tu piel porque no te caben dentro. Pequeños gestos que lo mismo te revientan el corazón, lo mismo te lo envasan al vacío.

Y si al final es eso lo que importa, queda el camino en entredicho.  Y el camino es uno de los nuestros, de esos que se desencantan por estar por defecto en entredicho, de esos sobrados de reflejos para esquivar sables que tienen grabados a martillo y diamante su nombre, y él tan cansado como el que más continúa saltando encogido para evitar filos afilados y salvar su cuello y sus tibias a partes iguales, sabiendo que tan importante es que te recorran como ser consciente de ser recorrido. Negándose a que de verdad no importe, o al menos no importarle a nadie.

Paso a paso, se hace camino. Y es éste y los detalles que te descubre lo que le da valor a los pasos que uno da. Pasos que no por largos o cortos son más o menos bonitos, pues dependen de hacia donde se den y de las puertas que abren. Puertas que a veces entran ganas de utilizar para dibujar alguna cicatriz en esas caras que llamaron un día a un timbre que ni estaba en nuestro camino ni cojones, pero escuchando el "knock, knock!" despertaron en nosotros una curiosidad que ahora es capaz de matar y que hace, que de este camino, solo merezca la pena la banda sonora.

Vamos a tener que echar un par de cerrojos, para que no entre corriente. Y vamos a tener que echar a correr dando un paso p'alante y tres p'atrás para que veamos que vamos mejor encaminados de lo que creemos y que lo que llevamos recorrido, bien hubiera servido para hacernos felices, para finalmente volver a recorrerlo disfrutando del detalle y recordándonos a nosotros mismos que esto no tiene fin, y que más nos vale disfrutar del camino. Aunque solo sea porque este se lo merezca.


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