Red - Perfect Life

 

La única vida perfecta es aquella en la que el individuo recorre experiencias que le hacen sentir que está vivo. Estas experiencias deben ser necesariamente tanto positivas como negativas, ya que sin vivencias malas, simplemente, no podríamos valorar aquellas que son buenas. Igual que los días de sol y cervecita se disfrutan más porque ya pasaron aquellos de nubarrón y leche calentita, aunque dicho sea de corrido, no pasan.

La ilusión por tener unas vacaciones, por estar más desahogado económicamente, la esperanza de que se acaben las guerras (y los misiles caigan justo encima de quien aprieta el botón), la alegría inmensa que te da una buena noticia... todo ello no sería nada si un jueves cualquiera no tuvieras que llevar a esa princesa que tiene que ponerse a aguantar cabronadas a las 6:30h de la mañana o tú no tuvieras que dejar lo que estás haciendo para empezar un nuevo día en el que el tiempo libre brillará por su ausencia, el jefe seguirá apretando tuercas cuyas roscas andan cercanas al límite o la radio dejara de escupir brotes verdes que ya han pasado a estar podridos, y tragar con todo ello sonriente, porque todo ello no hace más que indicar que estamos vivos, y coleando, y celebrando que seguimos enteros y dando gracias a que pasó lo que pasó y es por ello por lo que hoy estamos como estamos.

Y como estamos? Pues mejor que nunca cojones. Lo que pasa es que, de vez en cuando, tenemos que estar mal o recordar que lo estuvimos para poder valorar y no olvidar lo bien que estamos. Y es que en esta historia tan bueno es llorar de risa como esbozar sonrisas, asentir con la cabeza y seguir la corriente sin que, el que te aplasta, se entere. Hoy puede ser un gran día y mañana, también. Vamos a echarle huevos.


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