Miss May I - Hey Mister


Ayer mis compis y yo nos ahogamos en la orilla. No todos, afortunadamente, pero sí la gran mayoría. Lejos de cuestionar lo justo/injusto de la cosa, no puedo evitar criticar las formas. En mi caso he perdido mi tiempo y algún dinero, he malgastado una pizca de ilusión pensando en un complemento a mi salario y me he llevado a un puñado de buena gente en el bolsillo.

La idea era empezar a trabajar en una gran empresa (otra) por las tardes para lo cual debían formarme durante 3 semanas. El camino era liso pero día a día fueron poniendo escalones, alguna que otra baliza, pequeños hoyos camuflados y una minitrinchera al final, poca cosa. Si hacíamos las cosas bien no habría problema. Y no lo hubo. Para ellos. Cero explicaciones, altos cargos que vendrían a darnos la bienvenidad y no vinieron, una formación becada que luego resultó no serlo, muchas plazas libres que luego sufrieron reubicaciones y, al final, una ostia silenciosa tras habernos felicitado por lo bien que lo habíamos hecho.

Lo malo de todo esto es que las sonrisas se apaguen y la gente pierda la autoestima sin merecerlo. Lo peor, que nadie tiene la culpa y no hay cajeros que quemar ni caras que enrojecer (al menos que conozcamos, of course). Y peor aún, que estuvieramos mendigando uno de los peores trabajos de la historia por una limosna que, a día de hoy, nos habría solucionado (o embellecido) la papeleta a más de uno. Tiene cojones.

La solución? Pués tirar p'alante, liberar tensiones escuchando temas como este a tope de volúmen y darlo todo por esa voz que al llegar a casa te dice "No te preocupes, para mí eres el nº 1".
Eso y seguir planeando una venganza pacífica, silenciosa y retorcida que algún día servirá para que los peces gordos exploten y los chicos tengamos un lugar mejor en el que nadar. Mientras tanto, no seré yo el que permita que me apaguen, no tienen poder para ello.


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