Día a día voy anotando en mis agendas y mis carpetas de "pendientes", o empapelo la pantalla con pequeños post-it's, mis ocurrencias, ideas, nevas gestiones o en definitiva más tareas a un ya más que apretado memorándum. Y son cosas que, en su mayoría, sé que no haré, o las haré de forma diferente, o delegaré para que alguien las haga.
Pero me gusta anotar, y me gusta desobedecer continuamente al "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", no lo puedo remediar. Quizás porque sigo teniendo miedo a que llegue el día en que no tenga nada que hacer o canción que colgar de este muro.
Y es hoy cuando se me acumula el trabajo y la canción antigua, la buena, la del video de baja calidad pero acordes exquisitos se mezcla en el tiempo con el último clip, el HD, el de la canción normalita, y me doy cuenta que al igual que hay que tener fondo de armario y ropajes para el invierno, no hay que olvidar que esto se esfuma rápidamente y, como nos entretengamos, las gestiones nos caducan, las letras pasan de moda y todas esas tareas se quedan en el tintero sin que podamos ni siquiera pedir que nos den 5 minutitos más de margen para que podamos acabar todo aquello que habíamos empezado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lee. Escucha. Escupe.