Hay aspectos inherentes a situaciones o actividades y por tanto no debemos sufrir por ellos, más bien limitarnos a aceptarlos como tal y aprender a jugar con ellos.
Decía ayer un alto cargo que nuestro trabajo conllevaba aguantar gente enfadada al igual que el camarero debe aguantar gente borracha o el peluquero debe barrer los pelos del suelo cada cierto tiempo. Es un poco cortar las alas a aquellos que quieren cambiar el mundo de cabo a rabo pero es así.
Tener trabajo implica tener que trabajar y mientras más feliz seas desarrollándolo mejor te irá, no tener trabajo implica tener que buscarlo y mientras menos cara de avinagrad@ tengas mayores serán tus probabilidades de éxito, dormir implica despertar más tarde o más temprano y mientras mejor duermas contigo mismo mejor despertarás al lado de quien oiga tus ronquidos, hablar con gente bestia lleva consigo escuchar memeces y mierdas varias a cada minuto que pasa y si no sabemos abstraernos perderemos en una lucha a cabezazos con quien tiene una cabeza más dura que el pecho de un enano, y en definitiva vivir implica morir y que la gente se muera, y si te preocupas en exceso por las piedras del camino, por quien se queda atrás, por quien fue y no es, por la espada de Damocles, por el Qué Dirán, por la disyuntiva entre el bien y el mal, por el Qué vamos a hacer, por el Qué pasaría si, o si haces un problemón del volumen de tus pestañas, de tus lunares, del tamaño de tu maletero o de la frecuencia con que ves lo suficientemente grande tu pene como para usarlo sólo para mear, pues amigo mío lo único que estarás consiguiendo es que el día que faltes, la gente no es que no sepa por quien repican las campanas, es que probablemente ni lo pregunten.
Vivan sus vidas y amen a quien tienen cerca, no sean mediocres ni se preocupen por cosas que en dos días habrán olvidado y tengan pasiones, sonrían y hagan sonreir y vinculen su marca personal a emoticonos como el mojón feliz.
Y el día que mueran, más de uno subirá al campanario a tocar el For Whom The Bell Tols por aquel que vivió y dió vida, por aquel que no dudó en levantar el pulgar a todo el que se cruzó en su camino y aquel que a base de enseñar su tullida dentadura abrió caminos a base de naturalidad, buen rollo y más ganas de vivir que nadie.
Decía ayer un alto cargo que nuestro trabajo conllevaba aguantar gente enfadada al igual que el camarero debe aguantar gente borracha o el peluquero debe barrer los pelos del suelo cada cierto tiempo. Es un poco cortar las alas a aquellos que quieren cambiar el mundo de cabo a rabo pero es así.
Tener trabajo implica tener que trabajar y mientras más feliz seas desarrollándolo mejor te irá, no tener trabajo implica tener que buscarlo y mientras menos cara de avinagrad@ tengas mayores serán tus probabilidades de éxito, dormir implica despertar más tarde o más temprano y mientras mejor duermas contigo mismo mejor despertarás al lado de quien oiga tus ronquidos, hablar con gente bestia lleva consigo escuchar memeces y mierdas varias a cada minuto que pasa y si no sabemos abstraernos perderemos en una lucha a cabezazos con quien tiene una cabeza más dura que el pecho de un enano, y en definitiva vivir implica morir y que la gente se muera, y si te preocupas en exceso por las piedras del camino, por quien se queda atrás, por quien fue y no es, por la espada de Damocles, por el Qué Dirán, por la disyuntiva entre el bien y el mal, por el Qué vamos a hacer, por el Qué pasaría si, o si haces un problemón del volumen de tus pestañas, de tus lunares, del tamaño de tu maletero o de la frecuencia con que ves lo suficientemente grande tu pene como para usarlo sólo para mear, pues amigo mío lo único que estarás consiguiendo es que el día que faltes, la gente no es que no sepa por quien repican las campanas, es que probablemente ni lo pregunten.
Vivan sus vidas y amen a quien tienen cerca, no sean mediocres ni se preocupen por cosas que en dos días habrán olvidado y tengan pasiones, sonrían y hagan sonreir y vinculen su marca personal a emoticonos como el mojón feliz.
Y el día que mueran, más de uno subirá al campanario a tocar el For Whom The Bell Tols por aquel que vivió y dió vida, por aquel que no dudó en levantar el pulgar a todo el que se cruzó en su camino y aquel que a base de enseñar su tullida dentadura abrió caminos a base de naturalidad, buen rollo y más ganas de vivir que nadie.
Salud, Fuerza y Vigor.
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