Tener convicciones propias, tomar un poco de aquí, otro poco de allí y que el resto sea de tu cosecha. Eso, y escuchar y responder a todo el mundo. Aparte, estar documentado y, a la vez, ser gracioso. En resumen, ser una voz autorizada, pero teniendo un punto canalla y destacar por ser buena persona.
Todo eso no es lo más complicado. Lo realmente difícil no es hablar claro, o decir lo que piensas con convicción y respaldado por información contrastada, respetando y agradando a todos los presentes posibles.
Lo que es difícil de cojones, pero de verdad de verdad, es que la gente te eche cuenta.
Sin pegar pisotones, sin necesidad de megáfonos; sin invadir espacios personales ni pegar tirones para expulsar a nadie demasiado lejos de su zona de confort. Simplemente conseguir que te tiendan disimuladamente una mano y tú marcarte un baile sobre sus uñas.
Salud, Fuerza y Vigor.
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