Cuando me dio por escribir hace unos años tenía la necesidad de explicar qué significaba para mí la música. Y no necesitaba explicárselo a nadie, simplemente necesitaba plasmarlo y leerme. Me sirvió.
Pasé de analizar canciones a felicitar cumpleaños, de llorar muertes a compartir con medio mundo el milagro de la vida, avisé a navegantes y resumí conciertos, di bandazos y me desquicié a mi mismo por no saber si el mensaje era la mierda o era el mensajero el que no valía un duro... he estado eufórico, pensativo, hundido, perdido y victorioso, pero siempre he tenido claro el objetivo: cagarme en todo lo cagable a través de la música.
El rock no es hacer el chufla. Es consumir música legal, ver directos, que de tu cuello cuelgue una calavera de plata y tener que cambiar de auriculares cada 4 meses, conservar la colección de camisetas negras y que año tras año el saldo siga siendo positivo. Y es hacer las cosas bien en el día a día como un cabrón para que cada noche uno pueda abrir un botellín y poder mirar a los ojos a Lemmy con la tranquilidad de estar haciendo un mundo mejor y poder escupir a tanto bastardo suelto, poderosos sin escrúpulos ni estudios, gentes de dinero y nada más y rebeldes de boquilla con una única causa abierta según la moda vaya o venga.
Total, que años después aquí sigo independientemente de que ya no haya nadie al otro lado, pues inconscientemente me encargado de subir como la espuma en visitas y meterme fuego posteriormente, y es que es lo que tiene escribir para uno mismo, que pasan de sobre entenderte a no enterarse de una mierda y eso no es que aburra, es que en el mejor de los casos no aporta nada.
Siempre he huido de la obviedad del mensaje y pretendo seguir esa senda.
Igual que siempre he tenido una visión crítica con el mundo que me rodea y me prometo seguir teniéndola, aunque al explicarla con mis palabras y una canción heavy, nadie lo entienda.
Pasé de analizar canciones a felicitar cumpleaños, de llorar muertes a compartir con medio mundo el milagro de la vida, avisé a navegantes y resumí conciertos, di bandazos y me desquicié a mi mismo por no saber si el mensaje era la mierda o era el mensajero el que no valía un duro... he estado eufórico, pensativo, hundido, perdido y victorioso, pero siempre he tenido claro el objetivo: cagarme en todo lo cagable a través de la música.
El rock no es hacer el chufla. Es consumir música legal, ver directos, que de tu cuello cuelgue una calavera de plata y tener que cambiar de auriculares cada 4 meses, conservar la colección de camisetas negras y que año tras año el saldo siga siendo positivo. Y es hacer las cosas bien en el día a día como un cabrón para que cada noche uno pueda abrir un botellín y poder mirar a los ojos a Lemmy con la tranquilidad de estar haciendo un mundo mejor y poder escupir a tanto bastardo suelto, poderosos sin escrúpulos ni estudios, gentes de dinero y nada más y rebeldes de boquilla con una única causa abierta según la moda vaya o venga.
Total, que años después aquí sigo independientemente de que ya no haya nadie al otro lado, pues inconscientemente me encargado de subir como la espuma en visitas y meterme fuego posteriormente, y es que es lo que tiene escribir para uno mismo, que pasan de sobre entenderte a no enterarse de una mierda y eso no es que aburra, es que en el mejor de los casos no aporta nada.
Siempre he huido de la obviedad del mensaje y pretendo seguir esa senda.
Igual que siempre he tenido una visión crítica con el mundo que me rodea y me prometo seguir teniéndola, aunque al explicarla con mis palabras y una canción heavy, nadie lo entienda.
Salud, Fuerza y Vigor.
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