La semana sigue pasando y ha dejado caer buenas noticias en el ámbito económico y no solo para mi bolsillo, lo cual es de agradecer, acercando a mi nariz al final del túnel con la esperanza de que ahí haya una luz y no un soberano portazo, para lo cual me estoy entregando en cuerpo y alma, sosteniendo mi motivación y la de ortos compatriotas aguantando por el camino facturas de basura de 148 eruditos y reclamándole a MANGO menos leyes en la mano y un poquito más de dignidad, que está muy bien que vendan faldas cortas pero no por ello deben provocar que el cliente, ese al que otros cuidamos y le damos la letra pequeña ampliada y en negrita, vaya con el culito al aire.
En definitiva una semana más que recorre nuestras venas, una semana más con 40ºC a la sombra, una semana más de deporte saludable. Pero una semana que culmina grande, que termina en alto con reunión amistosa para celebrar el amor, ese que un día nos robó a un amigo y que el sábado nos lo entrega como al hijo pródigo. Ése que se perdió tantos momentos y que vivió por su cuenta otros que no debieron de ser menos. El sábado, volvemos a tener al peladilla de siempre porque aunque algunos quisieron desterrarlo, para otros muchos no dejó de ser quién era. Ese al que veía antes que a nadie cuando me bajaba del tren y ese al que escribía antes que a nadie cuando el ejército rojo doblegaba al verdiblanco.
Maria Brink como puedes estar tan increiblemente buena???!!!
ResponderEliminar