Me harían falta unas alas, digo yo. Para poder volar, me refiero. El caso es la duda, qué haría uno, si volar o echar de menos unas manos con las que rascarse.
Con alas o sin alas, finas o gruesas, si yo pudiera volar... me quedaría donde estoy.
Hoy os doy calabazas, pero seguimos siendo amigos, vale?
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