Ill Niño - The Depression


Necesito mi dosis. Sustancias y grupos capaces de aunar en una sola píldora todo lo que uno busca. Un buen riff, baterías capaces de asustar a una legión de elefantes en estampida y voces capaces de viajar en un minuto desde el inframundo hasta el cielo adelantando a Caronte y a su barca con una melodía tarareable.

La de hoy es una de esas dosis que adquieren poder a medida que le regalas decibelios, de esas que te recuerda que este camello era bueno y lo tenías abandonado, quizás porque lo encontraste tarde o después que a los otros y a fiel no te gana nadie, aunque cada vez que lo saborees te tiemble todo y te haga replantearte tu pertenencia a no sé que asociación y ni siquiera te importe cual es tu grupo sanguíneo.

Calla Satanás, ponte cómodo y gira la rueda del volumen, disfrutemos de estos minutos en los que tu y yo nos podemos mirar a la cara e insinuarnos que no podemos vivir el uno sin el otro y que el infierno, sin fuego, no existiría. Y sin Rock a tope de volumen, simplemente, no sería lo mismo.


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