Love And Death - The Abandoning


 La semana pasada entre trabajo, blog, colaboraciones, deporte, amoríos y demás obligaciones/hobbies me escapé a una charla a la que me habían invitado sobre desarrollo personal, tema que me atrae tanto como miedo me da, de descubrir potenciales horizontes y también potenciales murallas a esa herramienta nuestra que lleva a sus dueños a parajes tan dispares como descubrir vacunas para la cura del cancer o a meter la churra en un enchufe envuelta en papel de aluminio, y es que mentes (al igual que gentes) las hay pa tó.

Me encanta divisar los límites de la mente humana, los límites de dolor del cuerpo humano y me encanta ver cosas que nadie quiere ver. Pero el otro día me tocaron las pelotas. Tras ser saludado por los asistentes, de forma excesivamente amable, divisé en las manos de varios de ellos panfletos con la cara de Cristo, corazones "sagrados" y demás simbología. Y afiné mis oídos. 
- Qué hora es?
- Las 19:24h
- Ok, esperamos a y media, hacemos la meditación y comenzamos la charla...

Tardé aproximadamente 10 segundos en salir de allí. Luego me arrepentí de no haberle metido fuego al que me invitó vía mail sin avisarme de que me metía en la boca del lobo, una boca podrida y mezquina como cualquier otra secta cualquiera, pero pronto aprendí que la mejor opción era salir huyendo y no desperdiciar ni un minuto (más) en esa herida sangrante que tiene el mundo y que habría que amputar de raíz.

Y es que el poderoso que utiliza su mente para atraer al débil y le monta un universo de fe que ni existe ni jamás verá, debería ser sedado y maltratado tragando la mierda en papel que reparten y cagando cruces, agonizando suplicándole al lado oscuro que se los lleve a un lugar mejor en el que no haya figuras a las que mirar a los ojos. Religiosos y sectarios, que las manecillas del reloj se detengan con todos vosotros a las puertas del infierno y que dentro me quede yo disfrutando de la fiesta del pecado.
No os quiero ni en pintura.


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