Iron Maiden - The Number Of The Beast


Pues en estas estábamos liados con nuestras cosas, de las que no os hablo últimamente porque mientras hablan los sabios, uno calla.

Y decía que en esas andaba, de cumplir años, de recibir más de lo que podré dar, de organizar viajes, de llevar p´alante un barco, de bajar revoluciones y de arropar durante horas a mis vidas enfermas. Echa uno la vista atrás y ve logros, ve manchas y ve ogros. Y ahora que miro lo que tengo alrededor, por muy lejos que esté, planto mi estaca en la puerta de mis suelos y pongo cara de mala leche, porque tó esto me lo he ganado por h o por b y no me lo quita ya ni dios. Y miro al horizonte y es bonito hasta decir basta.

Y decía  que no hablaba de ello porque mientras escriben los dioses, yo los leo y me da vergüenza casi hasta rendirles pleitesía. Y es que en esta temporada que he estado alejado del lápiz he visto cómo hacía malabares con él un tipo llamado Juan Carlos Aragón.

Y a qué venía todo esto... pues viene a filosofar de la vida el día en el que uno se entera del cáncer de lengua de Bruce Dickinson y piensa en lo que es uno y lo que puede dejar de ser, en que hay cosas que se quedan fuera del alcance y en que hoy le rezo a la Bestia para que no elija a este piloto como pasajero en su próxima recogida. Aun tengo que verlo en directo. 

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