Slash feat. Myles Kennedy & The Conspirators - Bent To Fly


Cada día, a veces a las 19:30h, las otras más veces a las 21h, dejo de ser un número, un porcentaje o un teléfono con patas y me reservo x minutos en mi buhardilla.

Subo con mi niña recién bañada y poco después su mami nos deja tras la puerta una cerveza ("a papá") y su cena. Se lo come todo, y antes, durante o después pinta, hace la compra o me pone en fila sus princesas y animales.

Y antes, durante y después, papá pone en su combo audiovisual un dvd en directo o cualquiera de los no pocos discos que mu poquito a poco he ido comprando y recibiendo desde que tenía ¿12? años. Y ella me mira y me dice "Metal!" y seguidamente lo baila a pies quietos y poniendo en marcha unos muelles que tiene en el cuello que ya los quisiera un booggie. Y nace un tornado de sus rizos dibujados por el más heavy de los estilistas.

Y pronto estará en la pared de detrás, enmarcada, su primera camiseta de Metallica junto a la primera que tuvo su padre. Y juntos lucharemos contra el no de su madre (lo siento, no solo somos heavies, también somos de Osasuna-"Atatuna").

Y aquí está aprendiendo a recoger sus juguetes, y las letras del abecedario, y que ayer era "Marteles", y que las cosas se piden por favor, y sin llorar y sin gritar, y poco a poco su vida va teniendo banda sonora, y va sabiendo que el cielo es tan grande como uno quiera y que su padre es un tipo normal un poco pesado y que su madre... su madre es la hembra con más mérito de la historia.

Y aquí, en este impasse que en el mejor de los casos dura unos minutos, es cuando yo dejo de ser un número para ser el tío más vivo de la tierra y para darme cuenta que todo esto está muy mal montado si para estar en el paraíso media hora, hay que pringar durante 9 o 10.

Salud, Fuerza y Vigor. 

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