Asking Alexandria - The Black


De mulos, lomos. látigos y besitos en el cuello.

Aquí un mulo, una bestia, un cabezón que se dijo un día de sacar esto p´alante con un método, una velocidad, unos costes y algunos daños colaterales. Subieron la temperatura, salaron el agua, cambiaron la banda sonora por poesía mala y alejaron el target un poquito más p´allá, y le ataron una pierna a una bola de las de los presos antiguos. Y siguió el mulo.

Por el camino, introdujeron el bello arte del latigazo en el lomo para motivar. Latigazo por no sonreír de vez en cuando, por no dar una vuelta de honor a saludar al dueño o por decir en voz alta que has decidido ser quien te salga de la poya (del mulo) ser.

Porque el mulo, sin dejar de ser mulo, puede decidir qué mulo ser, puede errar al decidir qué camino coger y hasta donde quiere llegar, pero al final del trayecto podrá girarse, alzar la vista, y saludar mientras se estruja los dos huevos brindando porque ha llegado a su meta, sin entrar a valorar si era la correcta, pero sobre todo saber que lo consiguió a pesar de no haber recibido ni un solo besito, y sí un millón de palos en el lomo.

Salud, Fuerza y Vigor

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